(Escribo a las 4 de la mañana de una fría madrugada del sábado 27 de junio, no he podido dormir pensando en que ya esto no es vida, por esto se titula así)
Ya lo vez, has tornado mi mundo alrevez, y no se el porque, será que te has cansado de el “nosotros” talvez.
Una linda melodía me acompaña mientras mueres en mí, dejas de existir como la dueña de mis sentimientos.
Te busco en mis noches de tormenta y no apareces con tus labios, esos que funcionan como un faro, guiándome directamente a la felicidad, ¿donde estas?
Puede ser que lo bueno dure poco, y tal vez sea mejor la distancia entre los dos, tal vez así recordemos por siempre aquellos besos bajo la lluvia.
Te anhelo y te deseo, te busco y tal vez te miento, te agradezco y a la vez me lamento, te siento y a la vez te pierdo.
Sabes, quiero pedir que no me dejes de amar, con este pequeño fragmento de mi inspiración marco la despedida de un sentimiento que se suponía que debías alimentar.
Donde quiera que vayas lleva un pedazo de mí, y si me necesitas solo levanta tu vista al cielo y me encontraras allí, en cada melodía que escuches, se que oirás mi voz.
Mi vida ya no es vida debido a que muero a cada instante al recordar cuanto valgo para ti. (Nada)
Se que ahora entenderás mis palabras esa noche (si preguntan por mi, búscame, solo tu sabrás donde estoy).
Se que todo es distinto, lo admito te extraño y no lo puedo evitar.
Aunque mi vida ya no sea una vida de verdad sino un intento fallido de serlo, no me dejes de amar, tal vez vuelvas a conquistar a este corazón que una vez latía únicamente para ti, y que hoy se conforma con las migajas de amor que le das, que se acostumbra a mendigarte cada beso y a suplicarte los abrazos.
Por favor no te olvides de mí.